De manera irresponsable y prepotente; un empresario de San Luis Potosí violó las reglas de vialidad en Dolores Hidalgo Guanajuato cuando, en la Avenida José Alfredo Jiménez, una avenida de mucho flujo vehicular, por ser un corredor artesanal, imprudentemente dio vuelta en “U” la tarde del lunes 5 de septiembre.
El reconocido empresario, necio en realizar maniobras con su camioneta, provocó que un automóvil se impactara con su vehículo por la intrépida acción realizada, el potosino, de manera soberbia, ni se inmutó, ni se preocupó por los tripulantes del otro automóvil, al contrario, quiso mover su camioneta, quizás para evadir su responsabilidad, pero gracias a la oportuna intervención de los Agentes de vialidad, le hicieron la recomendación de que no moviera su vehículo, mientras que el afectado, de inmediato descendió de su automóvil y permaneció enfrente de la camioneta del empresario para impedir que se diera a la fuga.
Al lugar llegaron Rescatistas y Paramédicos de Protección Civil para revisar el estado de salud de las personas, el conductor del vehículo afectado fue llevado a recibir atención médica a una clínica cercana y después de 2 horas de suministrarle medicamento fue dado de alta.
Ya en las oficinas de Tránsito y Transporte de Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato, el afectado solicitó al empresario potosino de nombre Juan Pablo Berlanga Orozco, que le pagara los gastos de la clínica, a lo que el prominente empresario y orgulloso ponente de CONACYT se negó a sufragar, alegando que a él no le correspondía, dejando al afectado con el susto, la glucosa casi al nivel de 500 y con una deuda económica en la clínica donde fue atendido.
Fue así como el prominente y empresario famoso en una revista de sociales potosina, Juan Pablo Berlanga Orozco, conferencista en el 2018 en la Reunión de Historiadores del Norte de México, realizada en San Luis Potosí, mencionó el éxito económico de la empresa farmacéutica más importante del país, pero nada que ver con los antecesores de la familia Orozco Castañón y su patriarca don Salvador Orozco Hernández, que ellos sí apreciaban a las personas y ellos sí tenían calidad humana, nada que ver con el petulante, altanero y soberbio, irresponsable e inhumano de Juan Pablo Berlanga Orozco.